Música para la Paz
El domingo 5 de agosto, se celebró en la plaza mayor de Madrid
un concierto de la West-Eastern Divan, esa orquesta compuesta
por jóvenes palestinos e israelíes. La dirigió Daniel Barenboim
judío argentino, que tantos años lleva poniendo su granito de arena
para mediar en el conflicto de Oriente Próximo.
Se oyeron piezas de Chaikovski, Beethoven, Schönberg etc, el marco
incomparable, la plaza preciosa, llena a rebosar y el sonido esplendido.
A los pocos minutos, una inoportuna tormenta, dejó caer algo más que
unas gotas, la plaza se llenó de paraguas, la lluvia arreció, pero de
allí no se movió nadie, conteníamos la respiración para que el músico
no suspendiera el concierto. ¡Pero no!, afortunadamente pudieron
seguir. Os aseguro que escuchar su música, con relámpagos y truenos
de fondo, fue una experiencia inolvidable.
Al final seis o siete minutos de aplausos fueron el agradecido homenaje
de las personas que estábamos allí.
Finalizado el concierto, se ve mas claro el lema de estos jóvenes:
“La música no sirve por sí misma para la paz. Sirve para escuchar
al otro y tratar de entenderlo”.
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