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barbacana

El Burro y yo *

Han transcurrido muchos años; pero ahora que nuevamente, vienen a mi mente aquellos tiempos pasados, recuerdo momentos de la vida que me hacen sonreír. Especialmente cuando los recuerdo con la perspectiva de los años.

Eran aquellos años que pasé en Calatorao, tendría yo unos 13 o 14 entonces, me gustaba mucho hacer kilómetros con una bicicleta de “carreras” que, casi cada vez que salía por los caminos, se pinchaba pues era de tubulares.

 Un día, con un frío del carajo !! aquellos si que eran fríos !!, iba yo con mi bici, bueno..era de mi primo; por la carretera de la estación, sin casco, con los pantalones cortos zurcidos hasta la cintura...Llevaba yo mas parches en el culo del pantalón que los que lleva una vaca pasada por un veterinario novato. Aquellos eran tiempos difíciles, se arreglaba casi todo, desde los calcetines hasta los calzoncillos.. Bueno pues como iba diciendo...montao en la bici, me encuentro a dos zagales, seguro que eran amigos; uno iba en un burro y el otro lo acompañaba. Me paro....nos saludamos...me miro al burro y....me digo: !! joé que gozada poder montar a este burro !!.  A los amiguetes, les propongo un cambio: vosotros me dejais el burro, yo os dejo la bici. Ambas partes encantaos...truequeamos.

Me miro al burro, el burro me observa como al desconocido que soy para él. Monto en el burro;  el burro era bajito, orejas grandes, rabo y crines sin cortar desde que nació, medio negro, medio gris, tranquilo él. Así me lo parecía a mi.

Enfilamos el camino de la estación, yo montao en el burro; los dos amiguetes en la bici. El burro...tranquilo pasito a pasito... ¿ yo que me pregunto: joé no corre mas este burro ?... De pronto uno de los “amiguetes”, que iba en la bici al lado mío y como adivinando mis pensamientos; le endiña una sacudida al burro...el burro que empieza a galopar a toda castaña. !! había que verlo y verme ... aquello no era un burro !! !! Era un pura sangre de burro !! corría que se las pelaba. Aquello si que era un Formula 1. Ya no podía aguantarme encima. Los amiguetes al lado con la bici arreando al burro cada vez mas fuerte. De pronto, el burro pega una frenada con sus patas delanteras, no llevaba el burro, ni abs, ni airbags ni dirección asistida y mucho menos; cinturón de seguridad..

Casimirrrrrooo que te vaaaaas. Triple mortal por encima de las orejas, caída a cinco metros como mínimo, por delante del burro. Los amiguetes carcajeándose a toda dentadura, pantalones para mas zurcir, algunos moratones en el culo y en otras partes del cuerpo.

 Llegada a casa y a disimular...

Ya veis, historias de niños... Son las mejores, las mas inocentes, las mas sinceras. Al fin y al cabo, todos pensamos cuando ya mayores.... ¿ Quien fuera un niño ?. ¿Quién pudiera volver a esa inocencia, verdad ?.

Publico este recuerdo por que me gustaría saber si los dos “amiguetes”, se identifican y me lo hacen saber. Me gustaría.

Al pobre burro...que sepa que lo perdono allí donde esté.

Espero que me permitáis esta licencia personal. Gracias. 

3 comentarios

Reyes -

Ya ves, no solo corre Alonso y esto es más divertido.

Pily E. -

Pero que gozada leeros, Casimiro y Mª José ! Que no me canso !.
Y yo que me preguntaba, de dónde se habrían sacado la idea de los toros mecánicos, y mira por dónde, un casi forastero de Calatorao, había sido el promotor, si es que lo que no inventemos los maños......
Muchaaaaas gracias, y seguir así, guapetones.

Ma José -

¡Hola Casimsiro!
Como dice el dicho:La ignorancia es muy atrevida"
¡Cuantas! y !cuantas" historias por contar nos asoman a la cabeza cuando uno lee relatos como el qué tú has contado.Yo creo que sí es verdad que existen los ángeles, y con la mayoría de nosotros debieron hacer multitud de horas extras."Ese caminito de la estación.....¡Cuantas tardes y cuantas noches! habra sido testigo silencioso de travesuras,inguirrios,riñas,amores nacientes,etc.etc.Ahora cuando recordamos y analizamos todas esas viviencias nos damos cuenta del verdaero peligro que corrímos en ocasiones.Ahí, es cuando actuó nuestro ángel de la guarda,porque aún hoy no sabemos como salimos vivos de algunas aventuras.A mi parecer, a todos nos gustaría volver a ser niños (como bien dices)entre otras cosas por la felicidad,por el valor,por las ilusiones,en fin por ese estado de pureza que nos hace ver el mundo de color de rosa.De auí se deduce que cuando perdemos al niño que llevamos dentro,algo muy grande muere dentro de nosotros y supongo que nos hará sentir muy muy viejos y desilusionados.¡Que esto no nos pase nuuuunnnnnnca!
Besicos con sabor a pueblo