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barbacana

¿Un chiste?..........................

¿Un chiste?..........................

El joven descendió las escaleras de la Topera colocándose bien la corbata.

Se miró la raya del pantalón, que bajaba directa hasta la flocada de los cordones de los zapatos negros, como si se tratase de una perfecta vara de fresno.

Se atusó, por enésima vez la raya del pelo oscuro pasando, la mano ensalibada por encima de la brillantina que reverberaba como un haz de luz al encuentro de la lámpara giratoria, que trataba en el techo de alumbrar, sin conseguirlo, a la miríada de jóvenes que se aprestaban a sacar a las chicas que perfectamente colocadas en los asientos que circunvalaban la sala entre risitas, algún gemidito y las miradas disuasorias a los que, como cazadores estiraban la mano preguntando como sino supiesen que ya habían transmitido su opinión al preguntar con voz ronca como de caverna solitaria:  …..

¿Bailas?. 

Bueno…..

Bueno, no siempre, que alguna simplemente movía la cabeza de lado a lado como diciendo que no, como que a ver si después o quizá otro domingo o como preguntándole al solicitante ¿pero bueno, no te valen con siete veces ¡noooo! para saber que es que nooo?... 

¡Joder! ¿tendré que decírselo en morse a ver si me entiende?...

¿En morse?.....

Sí en morse ¡que ha hecho la mili en Trasmisiones!.

Ah, bueno.

El joven recorrió con la mirada el largo banco de asiento sin descender el último peldaño.

Como un cazador al acecho, como un francotirador con el dedo en el gatillo esperando el mínimo movimiento de la pieza para, suavemente apretar el gatillo,  sin prisas, con la habilidad innata de los asesinos profesionales, de los acostumbrados a elegir siempre la perfecta ubicación y conseguir la mejor recompensa.

¡Allí estaba ella!.

¿Rubia?. Incluso mejor diría que rubia platino.

¿Alta?. Se entiende que estando sentada y quitándoles media cabeza a las dos de ambos lados que se levantaron a bailar al gesto leve de dos muchachos que las alejaron hacia el centro, debía ser pero que bien alta.

¿Elegante?. Hasta más que elegante con aquella camisilla tostada de seda, poco escotada con dibujos de un torero vestido de luces dando un pase de pecho a un toro negro arremolinado a la capa como un perro juguetón que quiere morder una toalla amiga. Con aquella falda con volantes de plisados amarillos que hacía juego con sus zapatos verdes de alto y finísimo tacón.

Joder, y todo el mundo estaba bailando menos ella.

Esperó aquella pieza por si su perfecto olfato de situaciones extremas había fallado, ya que siendo la más bella de todas que permaneciese sin bailar y sin pretendientes le parecía cuanto menos, algo sospechoso.

¿Será forastera?... ¿que siempre son más reticentes en la confianza?.

¿Será novia de alguien que no ha llegado todavía y le guarda la ausencia con decoro?.

¿Será que lo tiene prohibido por los padres y  bajo vigilancia de hermanos. .. algo bastante habitual en éstos alocados 70 ?....

Esperó otra canción y con minuciosidad de relojero se reprodujo la escena anterior.

Atomarpolculo….. Bajó el escalón que le quedaba y se encaminó basculando ligeramente el cuerpo de izquierda a derecha. Marcando tipo, marcando estilo, sin prisas, las manos sueltas, moviendo los dedos como los pistoleros de las películas,  como dejándose esperar, como cuando sabes que te van a recibir con aplausos, ¿para qué apresurarse?, ¿para qué, para incluso tropezar o resbalarte con lo que son de guasones éstos de Calatorao?..., marcando hasta paquete para que quedase bien claro quien era el baranda que iba a dar una lección gratuita al respetable, de cómo se lleva uno la mejor joya del cofre abierto de la cueva de los piratas.

A ver chavales… ¡tomad nota!.

¿Bailas?......

Esperó un rato a que ella levantase los ojos que tenía clavados en el brillo de sus zapatos verdes.

Y no dijo nada. Cuando levantó la vista siguió mirando a las parejas que bailaban con una indiferencia que para él ¡desde luego! rozaba la osadía…

¡Que si quiere Vd. bailar Señorita!.

Ni las artimañas de ligón perpetuo le valían porque la joven no volvió la mirada hacia él.

Terminó la pieza y entre jolgorios todas las chicas se ubicaron nuevamente en sus asientos a la espera de que Calambo se arrancase con alguna otra de las piezas que tanta popularidad le estaban reportando….

Se va el caimán, se va el caimán…. Se va pa la barranquera…

¿Bailas?.. o quéee.

La joven le miró con aquellos ojos azules que parecían arrancados de una esquina de nube vaporosa, se levantó y sin decir nada se fue caminando hacia el centro de la pista.

Él fue detrás y cuando ella se volvió la atrapó en una especie de cepo de rejo de pulpo saleroso que tanto éxito le había dado en otras plazas más peligrosas, la apretó contra sí y dio tal  volapié que generó a su alrededor un espacio suficiente como para danzar con holgura, para exhibir bien a su pieza, para que todo el mundo supiese quien era allí el macho, el auténtico jefe de la manada.

¿Qué cuanto duró?...

Toda la noche.

Estuvo tan absorto en los apretones que cada vez con más ahínco conseguía, que la noche se marchó como se marchan las golondrinas en otoño: sin darse cuenta.

Al salir a la calle ya solos los dos y con su brazo por encima del hombro, como señalando “propiedad privada”,  la invitó a dar una vuelta en el coche.

Ahí fue donde recordó que no habían cruzado ni una palabrita en toda la noche.

Allí fue donde, jugador de póker en tabernas peligrosas y oscuras, se jugó el todo por el todo.

A una sola carta…

Qué ¿nos vamos en el coche a una cantera?....

Y entonces escuchó aquella voz rotunda, de tenor reposado, de canto guerrero de ópera Wagneriana,  aquella voz más potente que todas las trompetas, que todas las cataratas, que todas las frenadas de camión enloquecido.

¡Joder!,  le contestó, … ¡mientras no sea a la que curro yo….. ¡.

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PD.- Esa foto es de las fiestas de hace muchíííímos años.

En ella aparecen Luisito, Teodoro, Enrique, Fernando y el menda.

Todos a cual más amigo.

5 comentarios

Porfi -

Carmina, corazón ¡que yo no soy ninguno de los dos barandas de la historia ¿eh?..
Y menos la rubia....
Y por el otro ya recordarás que yo no era, precisamente, de los que me gustaba bailar, a mí me gustaba más dar la tabarra a las amigas o echar una partida de cartas.
¿Recuerdas aquella historia de la partida del Casino?...
Era el dia 13 de Septiembre con Luisito Cásedas, Jesús Serrano Marco y Jose A. García.
Los colegas bailando y yo hipotecando (la primera de mi vida)... (hipoteca quiero decir) el resto de las Fiestas.
Gracias que siempre aparecía mi abuelo Casimiro y me sacaba de los regaos, de los fregaos, o del pilón.

Carmina -

Porfi,Porfi,qué historias te han pasado y sabes quien comenzaban el baile ( la Tere la"Pajarita" y la "Andrea la "Cipiana" al compás del tiroriro.....

Casimiro -

Yo siempre he dicho que la palabra es lo importante, no el pirulo.
La próxima vez, habla mas pronto y no seas tan romántico jeje.

Porfi -

Hay cosas que se pueden esconder muy facilmente.
Sobre todo las malas: la mala intención, la mala baba, la envidia, la indecencia, los malos tratos...
Las buenas ¡es más dificil!: la amistad, el amor, el respeto, la solidaridad, la sonrisa que tienes tú cada vez que te recuerdo...

Pily E. -

Y después de tantos apretones, el macho ibérico ¿ no notaba nada raro ?
Memorias de discoteca, ! vaya, vaya !