¿Recuerdas? *

Una vez, cuando la nada dejó de ser todo, al final del principio, el infinito era y aunque no terminaba, por simplemente existir, tenía límites que lo contenían, aunque esos límites sólo fueron su propia consideración para que él mismo pudiera estar contenido, y entonces se percibiera. Así fue que entonces existió... y así, decidió sobrevivir. Y así, se hizo Dios…

Y en esencia era curioso y juguetón; y así fue que por la simple aventura, quiso experimentar y crear un juego, y decidió entonces fragmentarse y poderse contemplar desde distintos puntos de vista; y así lo hizo…

Y cada fragmento, manteniendo la magia de ser origen, y sin perder el poder que antes de considerarse infinito tenía para considerar, simplemente asumió la individualidad y decidió ser alma. Y las almas fueron y jugaron…

Jugaron demasiado y se reconocieron. Y como se sabían plenamente y el juego amenazaba con terminar en aburrimiento, manaron energía y así hubo espacio…

Y fue así que esa energía comenzó a llenar el espacio. Y las almas quisieron jugar con ella y la hicieron brillar; y decidieron que era maravillosa; y así fue que la alteraron y entonces vieron que permanecía; y surgió así la persistencia y así fue que hubo tiempo…

Y jugaron más y más con ella; y la fueron alterando más y más para que persistiera y pudieran contemplarla, hasta que finalmente la comprimieron lo suficiente y fue así que soles y estrellas nacieron…

Y en majestuoso concierto, una gran sinfonía de galaxias, poco a poco tomó su lugar; y con un ritmo perfecto, comenzó a vibrar. Y los universos iniciaron su magna marcha y comenzaron a pulsar al compás de la perfecta armonía que las almas les concedieron. Y la estética, antes etérea y peculiar solamente a las almas, bañó a estos nuevos universos, y así, colores y melodías los acompañarían para siempre…

Y las leyes y los mecanismos se establecieron. Y blanco y negro, transparente y opaco, pequeño y grande, bueno y malo, arriba y abajo, derecha e izquierda surgieron, todos en equilibrio…

Y las almas quisieron entonces que esas leyes cobraran vida propia. Así fue que naturaleza y vida surgieron en los universos, pues las almas se proyectaron en ellos…

Y grande fue el regocijo de las almas y entonces decidieron que vida y naturaleza pudieran continuarse a sí mismas. Y decidieron fragmentarla en una casi infinita gama de especies distintas, en donde unas y otras se complementaran y en donde sacrificio de una, significara vida de otra…

Y así fue que los bosques comenzaron a brindar su aroma. Los cielos estuvieron listos para que alguien los respirara. Los océanos complementaron a los continentes, y esos pedazos de vida se manifestaron en muchas y diferentes formas…

Y el halcón pudo volar; y el delfín aprendió a surcar los mares; y las criaturas de la tierra emprendieron su aventura; y agua, sol, aire y fuego los alimentaron…

Y las almas, absortas por la excelencia de su creación, la admiraron. Pero también quisieron sentir esa vida, y entonces fue que se materializaron en los universos. Y así fue que se comenzaron a poblar los mundos… Y las almas comenzaron a cegarse con tanto deleite. Y se convirtieron en dueños y dominaron la naturaleza. Y fue así que su nueva especie comenzó a regir los mundos; pero se olvidaron de ser almas…

Y los lugares en los mundos eran muy distintos entre sí; y la nueva especie tuvo que dominar cada lugar y fue que para lograrlo, razas, colores, costumbres, ideologías y lenguas diversas surgieron…

Y se civilizaron las almas y también adquirieron más solidez. Y las diferencias cada vez fueron más. Y el olvido del origen creció y creció y la individualidad reinó más y más…

Y con el fin de poder continuar, y ya con su magia perdida, las almas se aislaron más y más en núcleos cada vez más pequeños, hasta que sólo fue importante el propósito de poder perpetuarse en cuerpos, y las parejas y sus descendientes fueron lo único que importó…

Y continuaron así, ya casi con el rumbo perdido, y se olvidaron las almas de que solamente habían querido sentir esa vida; y fue entonces que cada alma ya sólo se concebía y podía ser, uno de esos cuerpos…

Y a pesar de que al dejarlos se recordaba de su esencia, sólo deseaba volver a otro más, una y otra vez, y con los más extraños y complicados pretextos, e imaginando misiones que debían cumplir, y culpas que purgar, y lecciones que ofrecer…

Y su verdadera esencia carente de dimensiones, quedó reducida a un triste e insignificante pedazo de materia, compuesta en su base de carbono, hidrógeno y oxígeno…

¿En verdad te sientes ajeno a todo esto?…Vamos hombre, ¡Despierta ya! Recuerda y asume tu verdadera esencia..… ¡¡Sé tú!!