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Reflexiones en primera persona

REFLEXIONES EN PRIMERA PERSONA

 

Estamos asistiendo estos días a un debate electoral, en el que entra con intensidad y a veces con crudeza el tema de la inmigración. Considero que más que un debate electoral es un debate social que nos afecta  a todos.

Quiero dejar constancia, sin otro objetivo que la reflexión personal y como información general para aquellos que están viviendo esta situación a distancia y que la única opinión/información  que le llega es la que reciben de los medios de comunicación.

Por cuestiones personales que muchos conocéis, estamos en casa de reformas. Han intervenido varios gremios relacionados con la construcción para terminar las obras. El contrato de trabajo se ha establecido en todos los casos con empresas españolas.

Me ha llamado poderosamente la atención como se han desarrollado los trabajos y que personas han participado en los mismos.

En las obras de albañilería, han intervenido junto a los españoles, trabajadores del Este y del norte de África.  Lo mismo ha ocurrido en los trabajos de  pintura. Han realizado los trabajos al mismo nivel que los demás. Donde quizás he encontrado la diferencia es otros gremios. En la colocación de suelos la empresa contratada dejó trabajando a dos rumanos, la empresa que suministró los electrodomésticos contrató un servicio de transporte y dos rumanos subieron al segundo piso los diferentes aparatos, algunos de mucho peso, los muebles de cocina subieron a  la segunda planta con el esfuerzo de dos trabajadores de América del Sur y el revestimiento de una fachada lo ha realizado un trabajador bien marroquí o argelino. En todos estos casos el empresario español, ha llegado a la obra, organizado el trabajo y después se ha marchado a otros menesteres. Los trabajadores han realizado la tarea correctamente según lo acordado y ante ello no hay nada que objetar. Me imagino que el mismo comportamiento tendrán estás empresas con los trabajadores españoles que tengan contratados y que realizaran sus trabajos en otras obras que no son la mía.

A la vista de cómo se han desarrollado los trabajos me han venido a la mente estas reflexiones:

No he encontrado diferencias en que los trabajos los realicen extranjeros o españoles.

He visto gente educada que han intentado cumplir responsablemente su trabajo.

No se donde vivirán,  pero me imagino que tendrán mujer, hijos, padres y hermanos como cada cual y  las mismas necesidades que cualquier familia, los hijos necesitaran escuela, se pondrán enfermos como todos y necesitaran ir al médico y seguramente tendrán muchos mas problemas económicos por la inestabilidad laboral y que estarán enviando dinero a su país para ayuda a las personas que se han quedado allí.

No entiendo por que se pone en cuestión que utilicen los servicios sociales a los que toda persona tiene derecho, las escuelas, los hospitales etc. Acaso ¿no son personas?

 ¿ no están trabajando en nuestro país?   Por ello muchas veces me pregunto ¿Queremos que hagan los trabajos, casi siempre los mas duros y que después se escondan en un agujero hasta el día siguiente? ¿Qué diríamos si su vida fuera un geto, no fueran a la escuela, la suciedad se apoderara de su existencia….?

A pesar de todas la ayudas que puedan recibir , lo tienen bastante complicado, nuestro sistema es muy duro y se demuestra que ellos nos necesitan y nosotros los necesitamos. El marco de este encuentro debe se la Ley, la Ley y la Ley. Acojamos a los que nuestra sociedad pueda admitir para vivir dignamente y establezcamos los cauces de colaboración con terceros países para que nadie se vea en la necesidad de abandonar sus tierras en busca de futuro.

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