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La Banda de Música

Hace unos días Lidia que no sé quién es, realizaba un comentario poco afortunado de nuestra banda. Todo el mundo sabe que su situación no es idílica, que todo es mejorable y que se podría hacer mucho más. Lo que resulta un poco chocante es exigirles más responsabilidad a los que durante veinte años han estado y están al pie del cañón. Es como cuando el cura en misa les echa el sermón a los que van a cuenta de los que no van.

Veinte años son muchos años y con todas las deficiencias que queramos poner, una actividad de este tipo  exige mucho sacrificio, horas de ensayo, renuncia a otras actividades o tiempo libre y todo por la satisfacción personal de hacer algo que te gusta porque de dinero nada. Dinero el que ponemos los padres, el que pone el Ayuntamiento y esfuerzo el que realizan los chicos, para de vez en cuando recibir comentarios nada cariñosos. Todo  esto lo sabemos los padres que nuestros hijos han colaborado o colaboran en la actividad.

Han existido épocas mejores y peores, pero han realizado importantes representaciones, colaboran con los vecinos y asociaciones en cualquier actividad social o cultural y algo muy importante,  contribuye a la formación de los alumnos en una disciplina muy considerada.

No creo que el camino sea criticar lo que hacen los que están. Habrá que preguntarse por qué los demás no están. Se han realizado conciertos educativos en las aulas del colegio, se realizan campañas de captación, se ha reiterado la necesidad de aumentar el número  de alumnos y de socios, cada año el ayuntamiento publicita el inicio de las clases del aula de música y todo el mundo conoce la existencia de la banda. Quizás el problema sea que en Calatorao para pertenecer a la Banda no exija demasiado, por tener tenemos hasta instrumentos que se ponen a disposición de los alumnos, gracias a la donación de Mariano Gracia Escario. El inicio de un niño o niña en una actividad musical depende en principio de la voluntad de los padres, de su capacidad de persuasión y motivación de sus hijos. Llega el momento que ellos deben dar el paso y seguir pero en principio los padres deben empujar. ¿Empujamos lo suficiente?

He escuchado comentarios de gentes de fuera que siente sana envidia de que en un pueblo tan pequeño tengamos banda de música. Ellos en Zaragoza no pueden decir lo mismo. Otra cosa es que nosotros seamos capaces de valorar las enormes posibilidades que tenemos y que además tengamos la capacidad y voluntad suficientes para desarrollarlas.

La escuela de música y la banda ahí están, hay jóvenes que han encontrado a través de ellas un desarrollo profesional, la charanga tiene nombre en nuestros pueblos y los vecinos disponemos de una actividad musical muy interesante. Cada año se va incorporando algún alumno nuevo. ¿Por qué no empujamos todos para que sean más?.

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