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EXTRAÑA PRIMAVERA

EXTRAÑA PRIMAVERA

 

 

EXTRAÑA PRIMAVERA

La naturaleza  envía signos de que algo no funciona de acuerdo a lo esperado.

El año dos mil once que hemos  despedido hace escasos días, ha resultado un prodigio de malos recuerdos donde la economía ha continuado marcando una realidad convulsa que se inició en 2008 con la caída de Lehman Brothers.

Estos terremotos financieros aparecen cíclicamente con mayor o menor intensidad poniendo de manifiesto que aquellos que defienden un mundo basado exclusivamente en las leyes del mercado se equivocan y que es necesario el control de toda actividad del hombre  como garantía de un desarrollo más equilibrado y sostenible.  Conscientes de ello y a lo largo de nuestra más reciente historia, nos hemos llenado de organismos supranacionales  con el objetivo de tener la información suficiente que nos permita evitar desastres como el que la desregulación total y global en el mundo económico ha producido. A pesar de todo, el hombre sigue tropezando en la misma piedra y provocando situaciones que lastran el desarrollo y condenan al abandono a millones de personas que encontrarían en él la solución a sus problemas, algunos tan importantes como la vida.  Las crisis provocan el abandono de programas de desarrollo que llegan a los más débiles donde la alimentación  ya no es un derecho sino una necesidad inmediata para no morir.

Estos organismos abarcan todos los campos de la actividad humana, la economía, la alimentación, el desarrollo, la paz, la infancia etc. y  llevan muchos años analizando qué relación existe entre nuestro comportamiento y la evolución de nuestros entornos más cercanos e incluso del planeta.

Vivimos en un mundo cambiante y ya hace años que la comunidad internacional es consciente de que la actividad del ser humano en su paso por la tierra no está  resultando inocua.  Las Naciones Unidas (ONU) conscientes de esta situación pusieron en marcha las conocidas  como las Cumbres de la Tierra, unas cumbres internacionales sin precedentes que se desarrollaron en Estocolmo (Suecia1972, Río de Janeiro  (Brasil) 1992 y en Johannesburgo (Sudáfrica) 2002.

A medida que se dispone de más información surgen nuevas necesidades de acción y de conocimiento. Nuevos programas se ponen en marcha buscando la concienciación de estados y personas. El 11 de diciembre de 1997 los países industrializados se reunieron en  la ciudad de Kioto, con el objetivo de reducir los gases de efecto invernadero. El compromiso era reducir al menos un 5% en promedio las emisiones contaminantes entre 2008 y 2012, tomando como referencia los niveles de 1990. El acuerdo entró en vigor el 16 de febrero de 2005, una vez que  Rusia ratificó el acuerdo. En la última cumbre finalizada el pasado diciembre, Canadá abandonó el Protocolo de Kioto ante la falta de voluntad de los países más poderosos de cumplir los acuerdos. El  Protocolo de Kioto sobre el cambio []climático se planteó como  objetivo reducir las emisiones de seis gases de efecto invernadero que causan el calentamiento global: dióxido de carbono (CO2), gas metano (CH4) y óxido nitroso (N2O), además de tres gases industriales fluorados: Hidrofluorocarbonos (HFC), Perfluorocarbonos (PFC) y Hexafluoruro de azufre (SF6).

Los científicos hablan de datos globales que incidirán en el futuro en nuestro planeta, de que existen signos evidentes de que la naturaleza está cambiando y que puede tener consecuencias muy graves para el hombre. El ciudadano de a pie recibe de muy diferente manera la gran cantidad de informes, estadísticas, resultados de conferencias internacionales, opiniones a veces contrapuestas que llevan a pensar en el gran cúmulo de intereses que giran en torno a cualquier actividad que mueve dinero. No obstante,  las acciones derivadas de estas cumbres están consiguiendo la concienciación de los ciudadanos  a pesar del retraso con el que los estados las están aplicando.

A pesar de la insistencia de estas organizaciones sobre la repercusión  de nuestra actividad diaria en el resultado global, todavía lo vemos como algo muy lejano y surgen las dudas sobre el calentamiento global del planeta, el agujero de la capa de  ozono, la desertificación de zonas, el comportamiento de los animales o de las plantas.

En este contexto  global, hemos vivido un otoño insólito con temperaturas fuera de lugar, como  cierre de un año dos mil once  muy extraño. No sabemos qué incidencia ha podido tener en este comportamiento del clima las erupciones de los volcanes de Islandia de 2010, el gran terremoto de Japón de Marzo de este año, los otros terremotos que ha sufrido el planeta así como las erupciones volcánicas del Etna, de la Isla del Hierro y de otros repartidos por el mundo. Hay datos evidentes que avalan los informes científicos, aunque muchos de ellos se escapan a nuestro entendimiento y de ahí nuestras dudas. No obstante es posible encontrar comportamientos extraños  que se salen de toda lógica y que pueden contribuir a confirmar algunas de estas  predicciones.

Los vecinos de Calatorao están comprobando  comportamientos de las plantas muy distintos a los correspondientes a su  época estacional. El fenómeno se está produciendo en diferentes especies vegetales. Así se ha producido la floración en diciembre de una plantación de calas (Zantedechia Aethiopica). Esta planta es bulbosa y su vegetación aérea se corta a ras de suelo una vez finalizado su ciclo vegetativo. A partir de ese momento, muy lentamente empiezan a salir las primeras hojas y es en la primavera cuando alcanza su plenitud y se produce la floración. Dicen que las flores más bonitas se obtienen si el corte se produce el día dieciséis de julio festividad de la Virgen del Carmen. Resulta muy extraño que este fenómeno se empiece a producir en diciembre. Por otra parte un avellano muy próximo al río Jalón tiene las yemas en un estado similar al que alcanzan en el mes de febrero. Y lo más sorprendente del asunto es encontrar en diciembre  racimos de uva recién esporgada (fecundada) en  una parra (vid cultivada en alto) de un vecino de la localidad. Este vecino al poco tiempo de recoger la cosecha de uvas  realizó una poda previa de sarmientos para aligerar la planta de carga vegetal y dejó tallos largos para realizar la poda en los meses de invierno. Incompresiblemente se dio cuenta que al poco tiempo las yemas empezaban a brotar, creciendo  sarmientos como en primavera, alcanzando en  algún caso los noventa centímetros de longitud. Como en un ciclo normal los racimos de la uva habían aparecido y en algún caso llegado a su estado de fecundación, distinguiéndose perfectamente sus pequeños granos.

Consultadas estas circunstancias con un ingeniero agrícola reconoce que no tiene conocimiento de  hechos similares en épocas anteriores y que si es cierto que se están observando comportamientos extraños tales como floración de fresas o permanencia excesiva de las hojas en los árboles. Con este fenómeno no se completa el ciclo vegetativo normal- afirma – y es posible que la producción agrícola se resienta.

Resulta difícil saber si este fenómeno es normal o viene provocado por todas las circunstancias que rodean al cambio climático. Lo que resulta evidente es que si estas alteraciones del sistema productivo de las plantas se generalizaran, se producirían graves consecuencias para la producción agrícola y el equilibrio ecológico de nuestro sistema.

4 comentarios

pilye -

Y en Calafell, tampoco, al menos yo, no lo había visto nunca.
Me quedé pasmada al ver la nueva tanda de higos.
Lo de las calas, aún siendo inusual, no me sorprendió tanto, ya que las temperaturas siguen siendo suaves.
Hoy, mi madre, de regreso a Zaragoza, se ha llevado una maceta de calas con flores,un poco pequeñas, o sea no tan grandes como salen en primavera.
También tengo dos cepas, pero todavía no tienen uvas , que yo haya visto, al menos.

Fernando -

La verdad es que las plantas siguen creciendo, ya tengo una cala nueva a punto de cortar. Pily no se en Calafell cual será el ciclo, pero aquí nunca se han visto estos casos.

pilye -

Te puedes creer Fernando que mi higuera está llenita de higos ??
No creo que lleguen a madurar, pero ahí están, bien lucidos.
Y también tengo flores en las calas.
Claro, que están en Calafell que el clima es mas benigno.
Respecto al cambio climático, quizá peque de ingenua, pero yo sigo optimista.
Pienso que hay años fríos, y otros mas cálidos. Leyendo diversos artículos, se ve que ni siquiera entre los mismos científicos se ponen de acuerdo.

Aprovecho para felicitaros el año a todos.

Lector -

Desde luego, es preocupante lo que nos cuentas, Fernando. Porque una cosa es oir hablar del cambio climático como algo que afectará a largo plazo, y otra muy distinta empezar a ver las consecuencias en nuestro propio campo. Los movimientos internacionales para paliar los problemas, son tan lentos y tan difíciles de conseguir, que el futuro no es optimista.