A mi amiga Rosa Pili.

Mi querida Rosa Pili Carvajal:

Soy Porfirio Crespo quien te escribe para decirte que es verdad ¡no me ofendes!.

De ninguna manera observo en tus palabras ni en tu intención ningún ánimo de ofender.

El decir que me mosqueo con relativa asiduidad es lo que tengo que aclararte.

Cuanto menos una pequeña reflexión que desde luego va a tratar de ser tan sutil, educada y respetuosa como la tuya.

En primer lugar quiero decir que aún cuando me mosquease alguna vez quizá fuera porque he intervenido como 520 veces, artículos que conservo con primor con las contestaciones o comentarios u opiniones que han podido generar en los demás ¡y mira que son 520! en tan solo tres ocasiones han creado,  por palabras o cambios  de identidad respondiendo a sus contenidos algún mosqueo indeseado.

Es decir, un mosqueo al año. Jolín,  yo me mosqueo con más frecuencia con mi Flor!.

El primero por el uso de nicks que es verdad, a mí no me gustaban simplemente porque me gusta cuando alguien opina sobre mis cosas saber la cara y el nombre que tiene. Y que desde entonces, simplemente, no contesto a quien no identifico. Sin más. Con la más absoluta Libertad.

El segundo por poner en mi boca a autoridades que mira por donde yo no había ni remotamente nombrado, ni conocía, ni me importaban. ¡y se aclaró y se acabó!.

El tercero porque me han mandado “a tomar por el culo”, o me llaman “empalagoso” merengue, refiriéndose a mi afición al Madrid y supongo que a mi forma de escribir o de tratar a los amigos, corazón,  malinterpretando un escrito simpático de los partidos en la radio de los  años 60 y donde me gustaría que me dijeras donde está la provocación.

Y no creo que sea por el fútbol y menos por ideas políticas porque, sino, te digo y no lo había dicho  nunca que soy ¡de siempre! de la izquierda más progresista.

Yo tengo una memoria prodigiosa. ¡Es quizá lo único que me funciona correctamente!.

Yo siempre había pensado (pero la intuición no me debe funcionar tan bien) que tú precisamente ¡tú! eras de las que te divertías, incluso valorabas y entenderías que si en 480 artículos alguno llevaba aparejada alguna pequeña metedura de pata, incluso si quieres equivocación, me sería perdonada por la pasión, por mi continua colaboración y el deseo enorme de que esta página estuviera viva y siguiera existiendo.

Mas difícil sería equivocarse con dos o tres únicas intervenciones ¿no crees?.

Es lo menos que me podía esperar. Una salida vuestra al ruedo, pero para defender al ofendido. Si queríais, que no es vuestro cometido.  Pero, no al revés.

También entiendo que tienes más contacto con las personas que están a tu lado. ¡Como me pasa a mí!.  Lo entiendo y te voy a decir que yo he parado alguna opinión favorable a mi postura que quería cariñosamente intervenir,  porque me parece que no hacía falta, y que en un par de días ¡todos a currar!. Vosotros en lo vuestro que es magnífico y muy valorado y yo escribiendo historias y viajes y reflexiones que a buen seguro alguno leería.

Y referente a la participación estarás conmigo que también me mosqueo (varias veces es verdad) porque la gente interviene poco, pero ¿sabes porqué? Porque querría que esto fuese un continuo fluir de personas y de opiniones, y que fuera la mejor web del mundo, y que subieran los lectores como la espuma.¿y eso es malo corazón?.

Y referente a la armonía (definida como amistad y buena correspondencia) yo ya la he conseguido ¡no la puedes ni cuantificar!. No te puedes ni imaginar la cantidad de amigos con los que me comunico por mail y que sé lo que piensan…y lo que sienten.

 

Yo prometo releerme todos los artículos míos. Pero prométeme que tú te vas a leer el  mío del partido de fútbol (tan reciente), y si encuentras alguna palabra fuerte, hiriente, de menoscabo o de dudosa interpretación me lo haces saber para inmediatamente pedir disculpas por ello.

Mira Rosa Pili a ti te dará igual que escriba, pero a mí también. Tú sabes lo que cobro ¿no?.

Tú sabes que mi salario único estipulado son los comentarios animosos de los amigos que conforman ésta enorme familia, entre las que te cuento.  

Desde hace tres añitos.

 

Un beso sin que lo interpretes como ironía.

Te lo envío con el corazón.

Como todos los míos.