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barbacana

Hay que entenderse.

Acabamos en los límites de nuestra piel. Con el tiempo, cada uno se va ampliando a su manera : influyendo sobre los demás, provocando actitudes, despertando sensaciones, emociones e incluso convicciones. Tenemos mil maneras de proyectarnos, pero por muchas atmósferas que seamos capaces de crear a nuestro alrededor, por mucho que amemos o sintamos, todo lo que no queda cubierto por nuestra propia piel nos es externo.

Por eso, nos guste o no, necesitamos de la relación: el cerebro puede y a veces debe ser eremita, pero la logística de la supervivencia digna, requiere vivir inmersos en la relación. Una relación que, desde mi modesto entender, he dividido en cuatro situaciones distintas.

La primera es la relación que parte de la necesidad y nos lleva a tener que soportar.

La segunda, parte de la conveniencia, y se teje desde la coincidencia.

La tercera , es el entendimiento, que siempre surge desde el acoplamiento.

La superior es la gloria, el siempre temporal y efímero momento de fundirse con lo idealizado.

Sea necesidad, conveniencia, entendimiento o gloria gloriosa, relacionarse requiere aceptar que el otro existe, desea, y, nos guste o no, también piensa.

Desde el rechazo absoluto, jamás lo lograremos.Subir por esta escala solo se consigue tratando de comprender al otro.....siempre y cuando su suelo no esté hecho de arenas movedizas.

Que este agosto, todos acabemos habiendo escalado en el entendimiento.

 

Ángela Becerra, para ADN.

 

Queridos amigos, mientras escribía este texto, ha vuelto a irse la luz. Barcelona, está en caos.

Disfrutar del verano, y de cada día , como si fuera el último.

Besos.

1 comentario

Porfi. -

Contigo, corazón ¡éso no es posible!.
El solo pensamiento de que de tí fuera el último momento solo me produce ansiedad y retortijones.
Contigo, jamás el último había de ser nada bueno y menos suficiente.
Contigo es siempre el próximo, el inmediato, el que te hace la vida más feliz y agradable....
...como si fuera siempre el primero.