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barbacana

Fragmento....

Caminando llegaron a las primeras casas del pueblo. Luis se paró. María que había soltado su mano caminaba un paso delante de él. Volviéndose y haciendo un gesto con la mano le dice:

Luís, venga, camina, te has quedado clavado, no hay nada ni nadie que pueda impedir tu entrada en el pueblo.

Luís lanzó una mirada que recorrió  la calle hasta su final en la plaza de la Iglesia, con su mano derecha se atuso el sombrero y volvió su mirada hacia María y se dijo para sí “adelante”.

El sol se escondía tras el campanario, sus rayos se colaban entre las campanas iluminado  los tejados.  Luis y María con paso firme, avanzaban hacia la plaza, algunos curiosos apostados en las puertas miraban, otros al ver a la pareja, se arremolinaban en circulo como haciendo comentarios, alguna vieja los miraba. Sin cruzar una palabra con nadie , llegaron a la plaza,  Luis se convirtió en el centro de todas  las miradas, los niños que jugaban se pararon, los viejos que estaban en el banco de las paredes de la Iglesia enmudecieron, un grupo de jóvenes que vociferaba  en la terraza del Bar La Espiga, se giraron , se hizo un silencio a la vez que Luis y María se paraban. María se quedó mirando a Luis y cogiéndole la mano le dice:

María: Debes estar cansado, vamos a entrar a La Espiga y tomamos algo.

Luís: De acuerdo.

Cuando se disponían a atravesar la terraza del bar salía por la puerta  Manuel el dueño

Manuel: ¡¡¡¡Pero Luis¡¡¡¡¡.

Y abalanzándose sobre él se funden en un abrazo.

   

 

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