El centro del.....
Nadie lo diría.
Nadie que no lo supiera podría pensar que aquella piedra ha sido considerada desde tiempo inmemorial, el centro del mundo.
Está localizada al pie del volcán Rano Kau, en la ladera que da al Océano Pacífico.
Aparentemente es una piedra de unos 200 kgs. de peso, de origen volcánico, que quiere ser redonda pero que en absoluto lo es o por lo menos no es esfera y si acaso un óvalo caprichoso simulando una elipse imperfecta.
Yace en el pequeño hueco del laberinto empedrado de una miríada de paredes de lasca muy bajitas, que abarrotan aquella colina simulando los abrigaños de los montes del pueblo, que llenaban las llamadas cabañeras de los pastores de las trashumancias de siglos pasados.
Aparentemente es una piedra más.
Solo la realza la ubicación minuciosa de cuatro piedras de menor tamaño y parecida forma y que señalan indefectiblemente la dirección exacta de los cuatro puntos cardinales.
Allí, nuevamente, nos enzarzamos en pelea diaria con la invasión pacífica de los japoneses a ver quien hacía más fotos. ¡Pues venga!, que llevo una tarjetita de 4 megas, y me marca que me queda para 4.303, que además y para más cascarla me suma 10 ¡mi número mágico!.
El piso de tierra está encharcado y meterte en el huequito no es fácil. Haces cuarenta fotos y en todas aparece algún invasor que te hace tirar la mayoría a la papelera de reciclaje.
Pero al fin lo consigues. Te sitúas allí, casi encima de ella y realizas el rito de advocación hacia los dioses que la generaron, te pones en cuclillas futboleras, colocas las dos manos encima, cierras los ojos y te dispones a sentir lo que dicen los turistas, que no se siente, entre sonrisas de ojos ranurados.
“El aroma embriagador del incienso del botafumeiro de la Catedral de Santiago el dia del patrón, que corta el aire, el aliento y la meditación; la atmósfera de respeto y misticismo de docenas de catedrales frías y silenciosas; el color y la oración de miles de creyentes en la mezquita Azul cuando el imán desde el mihrab pide plegarias y limosna para salvar la fé de los suyos; el masaje en el corazón y los sentidos de todas las obras del Museo D´Orsay en un cóctel del Impresionismo más reconfortante; el frío en los pies en el mármol blanco del Taj Mahal levantado en honor al amor de un sultán enloquecido, la guadaña inexorable de la muerte que ésta vez ¡sí!, se detiene por tu rezo, al ladito de la cabeza de quien amas; el rozar del viento en las velas del navío que te lleva en volandas a playas solo imaginadas; la sensación de que sueñas que estás muerto o que estás muerto y sueñas que todavía sigues vivo; tu madre, tu padre, tu abuelo todos en oráculo de nostalgias de los besos perdidos”.
Solo te importa el no abrir los ojos ni en fogonazos de segundos para no recuperar la consciencia y saber de donde proviene ésa suerte de aturdimiento, para que no se produzca el marasmo, la suspensión, la inmovilidad de los sueños recuperados.
¿Proviene éste exceso de los rayos del sol?.
No, está nublado y destemplado el ambiente.
¿De corriente eléctrica o voltaica o similar?.¡Tampoco!, allí no llega ninguna…..
Abres los ojos y encuentras la respuesta.
Tienes a Flor enfrente, riendo y captando tu sueño. Hablándote con su deje gallego como cuando la conociste, con las manos posadas en el otro lado de la piedra, transmitiéndote su energía, cómplice de la situación y de la vida entera, al lado, protegiéndote de pesadillas y de peligros venideros, abriéndote el tesoro majestuoso de sus afectos más íntimos, queriéndote, llevándote en vuelo seguro entre los azules más azules de los cielos azules…
La miras, le sonríes, te levantas cansado…
¿Cuánto tiempo ha pasado?...
¡Da igual!, solo la constatación rotunda de que desde aquel día aquel será para mí no solo el centro de la tierra, sino del UNIVERSO.
2 comentarios
Porfi -
La suerte que tenemos de tenerte a tí.
Ya estaba a puntito de tirar la "toballa".
Pily E. -
Que suerte tenemos en esta página de disfrutarlo, día tras día.
No me cansaré de agradertelo .