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D. José Saramago.

D. José Saramago.

A primera vista parece ser una firma de libros.

Ése acto convencional de la presentación de una nueva entrega literaria.

Sí, es en ése momento de 1993 un escritor que empieza a se reconocido aunque hay algunos lectores que ya bebemos los vientos por su próxima novela.

Se trata, como habrán reconocido, de D. José Saramago.

Es el dia de la Hispanidad y ha venido al Puerto de la Cruz a dar una conferencia al respecto en el Salón del Ayuntamiento, que supongo también habrán deducido al ver las fotografías al fondo de los alcaldes que lo fueron en tiempos pasados.

Somos de los invitados porque, en ése momento, el alcalde es nuestro amigo y compañero socialista Salvador García a quien nos cupo el honor de frecuentar y recibir en casa en bastantes ocasiones con su preciosa Cristina.

Entonces quedamos en que no es un día de firma, ¿no?.

Pero mira por donde, a mí me gusta aprovechar las ocasiones que la vida te depara de hacer varias cosas al mismo tiempo. (Lo contrario del Bush, que solo sabe “cascarla”, no pudiendo compaginarlo siquiera,  con comerse una sencilla galleta Maria).

Cogí de la librería de casa todas las obras publicadas de éste autor y las metí en una bolsa de cartón rojo brillante de la zapatería Bravo.

A Flor no le pareció ni medio bien el que asistiese con aquel paquetón a una fiesta tan significada y donde no se celebraba nada relacionado con la cultura, sino con la historia, pero a mí es difícil sacarme del ribazo cuando ya he decidido el campo a atravesar.

Cuando terminó el acto se levantó y nos fue saludando a las 50 personas que habíamos asistido mudos de placer a la conferencia.

Al llegar a nosotros le dije que había traído todas sus novelas y que si le importaría firmarme una.

Se fué, con una sonrisa cómplice, hacia la mesa desde donde había dictado su clase magistral, dejando un poco en el aire a los que esperaban para saludarle, se sentó y nos dijo: ¿Cómo se llaman ustedes?.

Flor y Porfirio.

Señor Saramago fírmenos la que a Vd. más le guste, de la que más satisfecho esté, la que más haya significado para Vd.  Bueno, la que Vd. quiera.

¿Una?....les voy a firmar todas y no sabe la alegría que me da saber que entre compañeros también se me lee.

 

Eligió El año de la muerte de Ricardo Reis y la dedicatoria reza así:

A Flor y Porfirio neste encuentro agradable en Puerto de la Cruz, con alegría y toda a miña simpatía. 

José Saramago. 

12. Octubre. 93.

 

En todos los demás nos estampó su firma con ésa rúbrica de corte de espada que baja rotunda hacia el silencioso precipicio del límite del papel. ¡Como un beso bien dado!.

 

Hablamos un buen rato del Memorial del Convento (que yo ya había regalado a mi amigo Daniel en su cumpleaños), de Alzado del suelo, del Manual de Pintura y Caligrafía, de la Balsa de Piedra,  de sus proyectos, de sus ideas y  de sus sueños…

Dio a Flor los dos besos preceptivos de despedida y a mí me cogío mi mano con las dos suyas un buen rato, en un gesto que todavía me enternece.

Le dije, quizá movido por su exquisita amabilidad,  que sería pronto Premio Nobel y se rió diciendo que era demasiado izquierdoso y revoltoso para ello, que ése reconocimiento no llegaría pero que a él…. le daba igual.

Y yo sé que lo decía totalmente en serio, porque como he dicho en otras ocasiones sé leer en las miradas, en los timbres y los recovecos de las palabras.

Sólo que se equivocó rotundamente…..

Él no sabía de mi habilidad con las premoniciones.

En el año 1998, cinco después de aquel momento le fue concedido, el 10 de Diciembre como todos lo años, el día de mi cumpleaños, el tan aplaudido y merecido galardón, para alegría de todas las personas que le tributamos tan grande y respetuosa admiración.

Aquel día fue doblemente placentero para mí.

Brindé con Flor y con dos matrimonios amigos cenando en casa, con una botella de Don Perignon,

¡por mis 48 años y por el mejor escritor vivo!.

Y para mí …..hasta de los muertos……

2 comentarios

Fernando -

¡¡¡Joder que envidia Porfi¡¡
Creo que Saramago es un escritor al que hay que leer y sobre todo escuchar, me he quedado con un par de perlas que dicen mucho de su persona, una es aquella a proposito de los ordenadores para escribir novelas ypoesia, se la leí a Alfredo Brice Echenique " como decía mi amigo Saramago una lágrima nunca ensuciara un e-mail" y con motivo de la entrega de un premio de la academia de la musica que tubo escasa repercusion en la prensa. En una entrevista dijo " hay que reinventar la democracia, por que hay muchos peligros que la acechan".
Lei La Caverna y me quede encantado. Mucha suerte la tuya aunque tambien hay que buscarla y tu sabes hacerlo. Chapeau.

Avelina -

Solo por “Memorial del Convento”, ya merecía el Nobel, pero
es que además, no ha parado de escribir, hoy mismo trae el
periódico un hermoso artículo suyo. ¡Que envidia!, tener la
oportunidad de hablar con alguien tan admirable. ¡Gracias
por hacernos partícipes!