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barbacana

Yo también envidio.....

¿Envidia?.....

Jolín, ¿quien no tiene ése puntito de envidia que nos hace pensar que seríamos más felices con algo que no tenemos?.

Pero ahí, precisamente ahí, es donde emerge el filo de la navaja albaceteña que delimita lo que realmente merece la pena envidiar.

Y opino, pues ¡por opinar!, porque Casimiro ha reflejado como siempre, magistralmente,  lo que vale la pena para engrosar la cartilla del alma.

 

Yo quiero manifestar que excepto por mi mujer, mis hermanos, mis amigos ¡todos! y alguna pequeña cosilla pero más cercana a la vida interior y afectiva.....

...lo cambiaría todo por haber escrito El Memorial del Convento.

Y no envidio a Saramago ni como escritor (el mejor), ni como persona (no veais), lo envidio por su sensibilidad, por saber transmitir los estados emocionales con la dulzura del agua del caño de la fuente que te alivia más la cara que la sed, con la esponjosa realidad de algunos besos no olvidados, con la cadencia de las nubes que nos traen las lluvias rogadas…. pero, no como agricultores expectantes de su cosecha ¡no!, sino como plantas sedientas, como nuevas raíces….. como futuras germinaciones.

2 comentarios

Porfi -

Si lo haces, nos obligas a los enamorados de ésa obra, como Daniel y yo, a hacerlo también.
Aunque sólo fuera por el perfúme de afectos que dejes por el camino.

Avelina -

Desde hace años, tengo la secreta intención de hacer un viaje a Portugal, con el propósito de intentar recorrer los escenarios de
“Memorial del convento”, ver los edificios e intentar averiguar
¡donde están las losas!, ni siquiera se si es realidad o ficción, pero recuerdo la lectura de ese libro, como solo a veces ocurre, que te deja una señal imborrable.¡Gracias por recordármelo!