Hilario
Hace muchos años vivía en el pueblo, un señor llamado Hilario, apodado
“el cascarillas”, era pequeño, menudo, siempre con su boina calada, y unos
ojos vivarachos.
Creo que andaba por el pueblo haciendo algún recado, o favores a quien
se lo pedía. Venía a mi casa muchas veces, fue una especie de canguro
para nosotros.
Mi madre le llamaba siempre que nos tenía que dejar solos, para que nos
cuidara. Debió de desaparecer pronto, ya que no le recuerdo de adulta.
Es un referente de mi niñez, una persona dotada de una inteligencia
natural fuera de lo común, recitaba e inventaba poesías, nos contaba
cuentos, escenificaba pequeños teatrillos.
Si no comíamos, nos hablaba de las bondades de la comida, del buen
comportamiento etc. Y lo mejor es que era divertido, alegre, y siempre
dispuesto.
Todavía me acuerdo de algún verso que nos recitaba.
Prudente y humilde, una bellísima persona. No sé si tenía familia.
Pero este dónde esté. ¡Gracias Hilario, eras un hombre sabio y sabías
transmitir tu entusiasmo por la vida!
4 comentarios
Pily E. -
Aún me acuerdo,que no se porque motivo,se le gangrenó una pierna, que le tuvieron que amputar, no se si en el hospital de Calatorao,pero si que estuvo allí ingresado, fuí alguna vez a visitarle con mi madre y mi tía.
cruz -
Avelina -
difíciles, y yo también recuerdo que mi madre le pagaba,
con comida de casa, de matanza, huevos y así.
Siempre estaba contento.
Nunca supe dónde vivía. Es un recuerdo triste,
pero a la vez me siento agradecida por haberle conocido.
Porfi -
Entre las bodegas y las casas de ésa parte del pueblo que estaban horadadas en la roca.
Recuerdo que en mi primera comunión fué invitado y me recitó una de aquellas poesias con rima jotera que levantó la hilaridad, la sonrisa y el aplauso de todos.
Mi madre tenía con él un pacto de afecto que tampoco tengo muy claro y que le suponía algo para comer en aquellos años tan difíciles.