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barbacana

Rompecabezas

Un científico que deseaba resolver algunos de los mayores problemas de la humanidad se pasaba el tiempo absorto en busca de fórmulas que le permitieran conseguirlo.

Cierto día, su hijo de siete años entró en el laboratorio de su domicilio con ganas de jugar con él.

El científico, alterado por la interrupción, le pidió que se fuese a divertir a otro sitio, pero el pequeño tenía ganas de estar con su padre. Viendo que era difícil sacarlo, el científico pensó en darle algo con que distraer su atención. De repente encontró una revista que incluía un gran póster con el mapa del mundo. ¡Justo lo que precisaba!

Con unas tijeras recortó meticulosamente el mapa en múltiples trozos y junto con un rollo de cinta adhesiva se lo entregó a su hijo diciendo:

- Como te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto para que lo arregles sin ayuda de nadie.

Calculó para sus adentros que el pequeño tardaría varios días en rehacer el mapamundi, pero no fue así. Al poco rato escuchó la voz de su hijo que lo llamaba satisfecho y tranquilo.

- Papá, papá, ya lo hice todo. Lo he acabado.

Al principio el padre no creyó al niño, le pareció imposible que a su edad hubiera conseguido recomponer en mapa tan complejo y que nunca había visto antes. Desconfiado, el científico alzó la vista de su mesa con la certeza de que vería el trabajo digno de un niño, pero para su sorpresa el mapa estaba completo, todos los pedazos habían sido colocados en sus lugares exactos.

¿Cómo era posible? ¿Cómo había sido capaz de hacerlo un niño y en tan poco tiempo?

-Hijo, tú no sabías cómo era el mundo. ¿Cómo lograste encajarlo?- Le preguntó.

- Papá, yo no conozco el mundo, pero cuando quitaste el mapa de la revista para recortarlo, vi que en la parte de atrás de las páginas salía el cuerpo de un hombre. Así que di la vuelta a los trozos y comencé a pegar el hombre, que sí sabía cómo era.

 

Que paseís un buen dia.

7 comentarios

Urria -

Muy bueno el chiste Antonio, todavía me da la risa de pensar en los del taxi, menos mal que estoy sola en la oficina.

Antonio -

Hola Urria, que resulta que le comentario anterior lo he puesto yo, pero se me ha olvidado poner mi nombre.
Ahora que tengo tiempo lo voy a escribir entero:

Va uno de Calatorao a Londres y coge un taxi para ir a Camden Tow, y le dice al taxista:
Puuuueeedeee llleeevaaaaarmeeee a caammmdennn toooonnn.
El taxista le pregunta: ¿deeeee dooondeeee eeeesss usteddddd?.
Respode el de Calatorao: Yooooo deeee Caaaallllaaaatttooorrraaaoooo.
Contesta el taxista: ¡Pues si yo soy de Alfamén y tu de Calatorao, que coño hacemos hablando en inglés!

Urria -

El placer es mío. Solo le contestaba Antonio su saludo en inglés

Anónimo -

Urria, to talk with you is a high pleasure. Pero si tu y yo somos de Calatorao, que co... hacemos hablando en inglés?

Urria -

Antonio satisfies me that you have liked the story. Kisses

Antonio -

Vaya que bueno Urria, y yo que llevo 25 años en mi pequeño laboratorio intentando montar el mapa de la tierra de hace millones de años y no lo consigo, debe ser porque en esa época todavía no existía el hombre, y no puedo fijarme como ha hecho el chico de tu historia.

Un saludo desde The Earth Science Laboratory of Saragosse for Calatorao and Calatoradico, y para Urria.

Anónimo -

Los niños sorprendentes como siempre,un beso Urria