PRINCESA NEGRA
24/JUNIO/1579
A bordo del Golden Hind todo es calma. Tensa calma,
silencio. Navegamos frente a las costas de las Pitiusas y la niebla es muy
densa, toda la tripulación guarda silencio. Las rocas están ahí mismo, podemos
escuchar como baten las olas con los acantilados. Si nos acercamos demasiado el
barco encallará o , peor aún, se hundirá. Todo el mundo intenta ver algo a
través de la niebla, distinguir cualquier bulto, cualquier forma que aparezca
frente a la nave y que suponga un peligro; todos agudizan el oído y ruegan al
infierno para no escuchar crujir de maderas
La tripulación tiene ganas de bajar a
tierra. Ya están cansados de comer tortuga, pan cazabe de yuca, carne al bucán
( en algunos sitios ya hasta nos llaman bucaneros)
Y tienen ganas de beber el
mejor ron del Mediterráneo en la taberna del Pachá, y de fumar el mejor hachís
moro en casa del pirata Barba Cana , y ansiosos de probar las carnes más
famosas de las islas, las de sus mujeres .
Mujeres que los piratas raptan en los abordajes y canjean en las islas
por munición, víveres, ropas
Los piratas pagan fuertes sumas por saborear la
miel de las germanas y las suecas. Hembras de piel blanca y pelo amarillo, tan
extrañas en estas tierras como las estrellas fugaces en las noches de invierno.
Las gaviotas revolotean junto al barco,
estamos muy cerca de la costa, y no vemos ni oímos nada a través de la niebla. En días como
éste, hacen falta piratas con nervios de acero, curtidos, con miedo a perder la
vida
porque no tienen nada más que perder y sólo peleando el pirata ama la
muerte. Sólo en el abordaje, el pirata se siente novio de la muerte. Pero morir
ahogado
Presiento que estás cerca, Princesa
Negra. Presiento que pronto tus pechos colmarán mis manos, mi vientre
llenará tu vientre, el embrujo de tus
negros ojos alcanzará mi alma y la dulce
suavidad de tu rostro calmará este fuego que me abrasa.Tú serás mi mejor y
último botín.
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