Fragmento...
Maria cogió el botijo en su mano izquierda, se lo apoyó sobre la cadera y empezó a caminar, Luís se le acercó y cogiendo su mano se puso a su lado. Sus pasos se quedaban marcados en la tierra, mientras el sol alargaba su sombra en el camino. Poco a poco, en silencio, se fueron alejando de la fuente.
Luís: Cuanto echaba de menos estos paisajes, estos olores…... esta luz del atardecer. Casi me vuelvo loco pensando que no volvería.
María: No te debías haber marchado, en el pueblo enseguida se dieron cuenta de que tú no tenías ninguna culpa.
Luís: No lo pude soportar, sentía que las miradas se clavaban en mi pecho, me despreciaron todos como si fuera un mal nacido, en ese momento pensé que era lo mejor.
María: Sabes que todos no pensábamos igual, confiamos en ti.
María sintió que las manos de Luís empezaban a sudar, y que se estaba poniendo tenso.
María: En todo caso, dejemos de hablar del pasado, tengo muchas cosas que contarte.
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