Blogia
barbacana

santa engracia de isidro

Vivió en el siglo I del Imperio un potentado indígena llamado Sexto Pomponio, descendiente de uno de los antiguos régulos de la Celtiberia, y todavía entonces Hispaniae Citerioris princeps, según lo intitula Caio Segundo Plinio, al representárnoslo cual otro patriarca, en medio de sus rústicos, ocupado en los cuidados de la labranza y descubriendo remedios contra algunas enfermedades(37). Fue una de las familias, selectas de la nobleza provincial establecidas en Roma por iniciativa de Claudio y Vespasiano, que habían entendido renovar por ese medio la sangre putrefacta de la metrópoli(38). Entonces fue cuando Sexto adquirió la nobleza romana, que hizo de él un clarissimus del orden senatorial(39). A la tercera generación, la familia de los Pomponios se restituyó a su solar de Nertóbriga (Calatorao), en España, para no abandonarlo ya más.

     Tan larga residencia en la ciudad -lumbrera, metrópoli del mundo-, debió avivar el seso de los inmediatos sucesores de Sexto Pomponio y descorrer a sus ojos nuevos horizontes, que no carecían de algunas consecuencias luego que la familia se reintegrara a la vida rural. De una de ellas tenemos circunstanciada noticia.

     Hasta entonces, las ricas haciendas que esta casa poseía de inmemorial en los valles del Jiloca y del Jalón, estaban dedicadas: la parte menor, a la siembra de granos; la mayor extensión, a pastos, así naturales como artificiales, con destino a la cría caballar. Ahora se les ocurrió acaudalar esas fuentes de producción con una industria considerable, a saber: la extracción y labra de vidrieras de mica o piedra especular en criaderos de su propiedad inmediatos a la carretera transversal de Bilbilis a Sagunto, para la exportación a Italia y Oriente, en cuyos mercados eran preferidas por su transparencia y limpidez y por su tamaño a las vidrieras naturales de Sicilia, de Chipre y de Capadocia(40). A fines del siglo III, a causa de haberse generalizado, no obstante las ordenanzas limitativas, la costumbre de rasgar las fachadas de las casas con balcones y galerías, así exteriores como interiores, Otcomerio dio gran impulso a esta granjería, comprando nuevos criaderos de piedra especular y ensanchando los talleres donde los bloques, aserrados en cantera, se desdoblaban, reduciéndolos a delgadas láminas translúcidas, para aplicarlas a bastidores de bronce del tamaño de los huecos.

     Por el mismo tiempo, en los albores del siglo IV, los Pomponios se ilustraron, en el concepto cristiano, dando al santoral de su religión una mártir tan caracterizada como la denodada hija de Otcomerio, Santa Engracia, que sobrevivió a su martirio, acaecido en Zaragoza(41).

0 comentarios