¡Qué envidia me dais!
Acabo de recorrer los últimos registros del blog y vuestra página y sólo se me ocurre decir que me dais mucha envidia.
Envidia porque pudisteis estar en Zaragoza llevando todo el amor y la fuerza de nuestro pueblo ante los pies de la Virgen. ¿Que llovía? ¿Es que importan los obstáculos cuando hay verdadera voluntad?
También me dais envidia porque vais a disfrutar de las Jornadas de Castellología y seguro que sirven para conocer más y mejor nuestra Historia y las posibilidades de futuro que ofrece nuestro patrimonio.
Es envidia porque no puedo estar con vosotros compartiendo tantas y tantas cosas. Esas cosas que nos perdemos los que vivimos alejados de nuestras raíces y de nuestros seres más queridos. Las cosas que de verdad importan.
Sin embargo, me siento muy afortunada porque, a través de estas ventanas que vais abriendo, me permitís asomarme y disfrutar con todos y cada uno de vosotros de los acontecimientos de todo tipo que ahí ocurren.
Saludos.
1 comentario
Fernando -
Es cierto que la emoción que deriva en lágrimas puede dejar la huella sobre el papel escrito, pero también es verdad que las palabras, cuando de verdad salen del corazón, aunque sean escritas ante la fría pantalla del ordenador, no pueden ocultar la emoción del que la pronuncia.
Así entiendo yo las tuyas, se ven sinceras, alegres y que te brotan de muy, pero que muy desde dentro.
Muchas gracías Mercedes por seguir el devenir de esta tierra y la labor de estos amigos de Barbacana. No se si somos conscientes de la transcendencia histórica de lo que estan haciendo.