Anillamiento de los cigüeñatos
El pasado sábado día 24, finalmente se pudo proceder al anillamiento de las cigüeñas de la Iglesia y el Castillo. Santiago Osacar y Tomás Andrés del Grupo Aragón de Anillamiento Científico, José Antonio Pinzolas, Eva Blesa, Maria Ibáñez y Juan Luis Fernandez del grupo Ansar (Asociación naturalista de Aragón) se presentaron en la plaza del Castillo provistos de los equipos de anillamiento y de seguridad para proceder al anillamiento de los cigüeñatos. Iniciaron los trabajos con los nidos situados en el Castillo. Desde el tejado Jose Antonio y Juan Luis iban bajando los cigüeñatos en bolsas y el resto del equipo procedía al anillamiento y pesaje.
El anillamiento consta de dos fases. Se coloca una anilla metálica que lleva una numeración y distintivo de país y otra anilla de PVC codificada que es que permite seguir la evolución de los animales a distancia. Bien cuando están en los nidos o se posan en los campos con potentes teleobjetivos se puede leer los datos del anillo y saber su procedencia. Una vez anillados se pesaron para llevar seguimiento de su estado y retornaron al nido.
En la Iglesia bajar los cigüeñatos fue más complicado. Fue la pericia y experiencia de José Antonio y Juan Luis lo que permitió realizarla con éxito. Hay nidos situados en partes casi inaccesibles y tuvieron que actuar como verdaderos montañeros.
Al final se anillaron treinta y un cigüeñatos y se dejaron sin anillar 9 ya que por su tamaño no podían soportar el anillo, demasiado grande para sus débiles patas. Según información de los miembros de Ansar, todavía quedan tres huevos sin eclosionar, aunque se desconoce si dado lo avanzado del tiempo serán huevos fecundados o se han estropeado.
El anillamiento llamó la atención de niños y vecinos que se acercaron a la Plaza del Castillo para presenciar el proceso. Otros en la distancia siguieron la recogida de los pollos en el tejado a través de primaticos.
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angelines -
mari carmen fondon -