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barbacana

Repeticion 4

Las palas y camiones de Blas y Delgado de Morata de Jalón, en un santiamén dibujaron un nuevo paisaje, solo suelo, marrón arcilloso, libre de toda vegetación, un inmenso solar preparado para recibir a mucha gente. Hacía muchísimo frío, no como este invierno. La primera faena de los operarios de la empresa era encender fuego. Las palas cargaban camiones que descargaban en las zonas mas desniveladas en un intento de conseguir una superficie lo mas plana posible. Cuando el conductor de la pala bajaba para calentarse se agachaba y comprobaba con la vista a ras de suelo como iban los niveles. En esa época el láser no existía y la vista servia como primera aproximación. Se configuró así una pieza que durante muchos años nos daría a los vecinos, sobre todo niños, mucho juego, el Campillo, lo que hoy es la Plaza de la Diputación.

Nos habíamos quedado en la destrucción de las viviendas de la actual Plaza de Zaragoza. Sin duda alguna en aquella época era centro comercial, económico y social de Calatorao.

Toda la plaza era una gran manzana y lo que hoy es la calle Nertobriga un inmenso corral donde Juan José Moreno el herrador, tenía el taller de herrar las caballerías. Esa tarea la compaginaba con la Fonda Moderna que regentaba con la señora Pilar. Creo que es cuando se abre la calle, el momento en el que nace el Bar 33, de los hermanos Angel, Carmina y el Barbas. A continuación se ubicaba la tienda de ultramarinos (debe de tomar ese nombre de la venta de especias de ultramar por que  las judías y garbanzos eran de aquí) de Lorenzo Mosteo, aquellas clásicas tiendas que se han perdido y eran una delicia, lentejas, garbanzos y judías en sacos, café en papeleta, vinagrillos por unidades, azúcar a peso no por Kg, el cubo de sardinas rancias, el olor a aceite y un largo etc. También allí se gestaban unas de las pocas actividades aseguradoras de Calatorao, Juan José y Lorenzo Mosteo representaban a las mutuas de seguros MESAI y MAZ. Colindante con este edificio, se ubicaba el todopoderoso Casino, ¡¡¡que se puede decir de él que sepamos, que sigue en vigor y que pronto cumplirá 100 años. Dando la vuelta por la plaza introduciéndonos por la calle la Capilla (Barbacana nos dirá si llegaba hasta allí) en la esquina Maruja Sahún había abierto con su hijo  nuestro amigo José Luis, la Cafeteria Las Vegas, vaya lujo para Calatorao, con esto entrábamos en la modernidad, una nueva forma de entender la hostelería. Habían dejado su viejo local en la plaza Baja y convertido este lugar en una nueva atracción para los jóvenes. Justo enfrente en la parte de la plaza que fue hundida se ubicaba la peluquería de Bernardo Cruces “el barbero”, allí trabaja el tío Bernardo con sus hijos, Bernardo, Alberto (cuando venía de la cantera) y no se si José Luís hacia algo con la tijera. Eso si, el tío Bernardo hacía bueno el refrán de las manos frías de los barberos.

Ya dando la vuelta por la plaza y en el local  que después fue Electrónica K5 de Raúl Monforte, instalaron la central de telefónica, esa suerte de artilugio que colocando cables en unos agujeros, nos permitían comunicarnos a distancia en unos años que los teléfonos en los domicilios era un lujo al alcance muy pocos. Vimos  allí a la familia Cásedas ( los mayores), a Gabriela, a Mari Carmen Aguarón… La telefónica se instalo allí una vez que se remodeló la Plaza de la Iglesia y se había derribado su antigua sede, actualmente la casa de Darío Ripa. Ya dentro de la Calle la Capilla, pero junto a la calle el Arbellón estaba el taller de José Correas, el  guarnicionero, donde se trabajaban toda suerte de utensilios para los animales, correajes, carteras etc.

Y ya para terminar este pequeño recorrido por el exterior de la plaza y metidos de lleno en la calle del Arbellón, llegamos a la casa de nuestro queridísimo Porfi. No recuerdo que en ese tramo hubiera actividad comercial, solo que compartía vecindad con Paco el Catalino y su mujer Gregoria, la casa de los Morenos, en la esquina de la Capilla la Casa de don Dionisio y ya al final de la calle compartían vivienda mi tía Gregoria Morfioli (casada con mi tío Pablo, a quién no conocí, hermano de mi abuelo Benito) con las hermanas conocidas como “las andresas”. Como jugaba  allí con una plancha de carbón con chimenea, y cuanto habría que contar de esas formas de vida.

Cerrando el círculo comercial, en la fachada frente a Lorenzo Mosteo, Juanita La Bola tenía una carnicería y junto a ella un poco mas tarde Jesús  Nogueras estableció una tienda de ropa. A continuación una taberna típica muy pequeña fue cuna de extraordinarios hosteleros, el bar JOYNI, (José y Nicolás) este último Nicolas Aldea que emigro a Medinaceli con toda su familia. Después fue Miguel Lahuerta quien lo regentó bajo el nombre de Bb y Bb, que hizo famoso un eslogan comercial “ Si quieres pasar el perolo, con buen Jamón de Teruel, te pasas por el Bb que allí te espera Miguel”

La plaza no se derribó por completo, y en los espacios disponibles vimos el Kiosco de Paco frente a la Fonda y en la otra esquina frente al Casino la churrería de Paco el Churrero. Para completar esa pequeña historia de la Plaza, frente al Bar 33 se podía disfrutar en verano de una inmensa terraza, allí mismo para las fiestas se instaban las barcas de “EL POLLERO”, era una atracción infantil y  las paredes de los edificios que no estaban todavía derribados, servían como improvisadas pantallas de cine al aire libre que regularmente eran proyectadas por los “cíngaros”. Un poco mas adelante en el tiempo, abrieron sus puertas el Bar Jalón,  hoy PIKOSS, Cesar Martinez, una tienda de alimentación y la tienda de moda Flapy.

Un poco largo el relato pero así tenemos una aproximación de la actividad de esa zona hoy completamente diferente.

8 comentarios

Anónimo -

Anónimo ¿ Por que no te callas ? ¿ soy Anónimo o Anónimo ? quien encuentre nuestra conciencia y educacion que las devuelva.

Anónimo -

Anónimo ya se que eres tu, pero yo no le digo a nadíe que se calle porque no soy tan maleducado como tu, y tu lo sabes,siempre hay conciencias

Anónimo -

Anónimo ¿ Por que no te callas ?. ¿ Que Anónimo soy yo ?

Anónimo -

Ya leo que ni a me gusta ser anónimo ni al anónimo le contestas pero me da igual, a mí también me gustan esos escritos tuyos y voy a entrar con anónimo, y me parece muy bien que al que entre como anónimo a dar mal se le conteste mal, pero me da la sensación de que estais haciendo como un vacio.

Fernando -

Cruz, ya sabes que nos toco compartir una época de nuestra vida. De esa es quizás de la que he almacenado mas recuerdos y sentimientos. En cierta medida, recordando aquello es una forma de mantener vivo aquel espiritu de juventud.

Anónimo -

Fernando que bien reflejas la vida de Calatorao y como me haces pensar que el mundo avanza pero en algunas cosas mira que vamos despacio. Aún recuerdo cuando les dijeron a la gente que vivia en la plaza de Zaragoza, que sus casas iban a ser susutituidas por una gran plaza, su mayúsculo disgusto, pero oye para disfrute de todos les obligaron que asi fuera. Y anda pues la casa de teléfonos la patada que le hemos dado a la plaza de la Iglesia. Gracias Fernando porque me has hecho revivir un tiempo pasado muy bonito, lo primero porque era muy joven.

cruz -

Que lujo tiene Calatorao de tener personas como tú; con tus escritos se ve lo que quieres a tu pueblo y lo orgulloso que estás de pertenecer a él (yo también). Fernando todos tus recuerdos son pura historia de nuestro pueblo, que gracias a tu memoria y a tus relatos nos trasporta a aquellos años que para muchos de nosotros solo nos traen recuerdos de felicidad; gracias con el corazón, Fernando.

Me gusta ser anonimo -

Fernando, se te olvido un detalle que a los crios nos gustaba mucho , me acuerdo mucho de la Sra Escolastica y de sus chufas ¡¡que ricas!!!