Más historias
Avelina en la casa de mi tío José habíamos quedado en que existió una fonda. Para sorpresa mía, cuando nació mi hija pequeña en uno de los muchos reconocimientos médicos que le practicaron, encontramos a una nieta de un señor que tuvo la fonda allí, se llamaba Ondiviela de apellido y tenía referencias orales del asunto por que era muy jóven. El edificio viejo, permanece igual, pero la estructura lateral está cambiada. El bar y baile estaba en lo que hoy es la Hiedra, los corrales de la casa eran lo que hoy son los talleres de Antonio Duarte y Domingo Fernandez. Allí mi tío realizaba la selección de la fruta con una seleccionadora, ¡¡¡hablamos del año 1962¡¡¡la embalaba en banastas de culo mas estrecho que la boca con tablas en vertical, con viruta y tape y en su camión las llevaba a los mercados. Entonces la fruta se compraba en los campos en flor, una modalidad que ha desaparecido del mercado.
En cuanto a la fragua del tió Nogueras sigo otro día.
7 comentarios
Carmina -
Tu tío José el "Pichi" era amigo de mi padre,otro día contaré alguna historia contada por mi padre.
Mis comienzos fruteros fueron en el almacén de los "Frugocas" empecé alos 14 años,se llenaban las banastas qué decís ,con muchisíma viruta ,manto de pera o manzana ,papel de seda ,con viruta ,en el último manto se cogía un pliego y hacíamos unas tiras ,peras y una tira de papel,asi todo el "careo" quedaba muy vistoso y la fruta muy protegida de los golpes, para terminar ponían otra vez viruta y un tape ovalado cogido con clavos.
Fernando -
Pily E. -
Como me voy a acordar de la historia del baile, si dices que era el 57, y yo nací en el 59.
Uy uy ,que me parece que Fernando, no sabe la respuesta a mi pregunta....
Avelina -
Avelina -
Pily E. -
De lo que si me acuerdo, es de ese tipo de banastas para la fruta con viruta,de uso previo a los cajones grandes y cuadrados con papel hondulado que utilizabamos déspues.
Eran como las que venden ahora con las frutas de Aragón , pero grandes ¿llevaban tapa también?
Porfi -
Bailes agarraditos y sin tanto control como en la otra, y como decía Sabina ¡de suelto ni hablar!.