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barbacana

AMOR

Nunca le negó una caricia.

Peinaba su pelo

canoso cada día.

Se acostumbró a su olor

de enfermedad y medicina,

pasando largas horas en el parque,

en la playa, en el monte,

siempre había un sitio para él.

No importaba adonde fuese el viaje,

el camino lo hacían juntos.

A veces gruñía, a veces se mostró

huraño, rebelde , taciturno ...

nada le importó.

Ni recoger su mierda,

ni pasar sueño,

ni mojarse o fatigarse,

nada le importó.

Un día le mordió la mano

y lo llevó a la perrera.

1 comentario

Capitán Garfio -

Lo mismo me pasó a mí, despues que el Peter Pan me cortara la mano el cocodrilo se la comió y ahora por ahi ando.