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barbacana

Fragmento (1)

Volví sobre mis pasos pensando que quizás no debía haber vuelto. Nadie se había percatado de mi regreso y aunque comprobé que todo estaba igual que cuando me marché, en realidad todo había cambiado. El sol caía a pedazos, sus rayos cegaban mis ojos y recogiendo un sombrero que colgaba de mi mochila me lo calé hacia adelante para no quedar ciego. Mis pasos dejaban tras de mi un reguero de polvo, señal de que hacía mucho tiempo que no había llovido. Me desvié unos metros del camino por la senda que conducía a la vieja fuente. Una joven llenaba un botijo en uno de los caños, el agua borboteaba salpicando su vestido. Cuando se dio cuenta de mi presencia, volvió la cara. Alcé mi mano hacia el ala del sombrero y con un leve movimiento del mismo la saludé. Siguió llenando el botijo y yo permanecí de pié contemplándola. Era María. Cuando terminó de llenar el botijo se volvió hacía mi. En ese momento me quité el sombrero. ¡¡¡¡¡ Luís ¡¡¡¡ Exclamó. 

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